Volaris: golazo en puerta
2025 ha sido un año atípico, pero sorprendentemente bueno para la bolsa mexicana. Si hace un año alguien hubiera pronosticado que tendríamos una economía al borde de la recesión, un segundo mandato de Trump, inflación persistente y una desaceleración en Estados Unidos, pocos habrían imaginado lo que vemos hoy: una bolsa en máximos históricos, un tipo de cambio por debajo de 19 y, en general, un ambiente muy favorable de los inversionistas extranjeros hacia México.
Esto es muy bueno si estuviste invertido en estos activos, pero si no, la situación se complica: casi todas las valuaciones lucen caras, los resultados no son tan prometedores y las tasas —que durante los últimos tres años fueron un refugio— han ido perdiendo atractivo conforme Banxico recorta.
Con este panorama, creo que hay una oportunidad que destaca sobre las demás para los próximos dos años.
Volaris: una cenicienta con potencial de pasarela
Volaris opera bajo un modelo de bajo costo que le permite ofrecer tarifas competitivas, generar ingresos adicionales más allá de la venta de boletos y mantener uno de los costos operativos más bajos de la industria.
Su estrategia descansa en tres pilares:
Flota joven y eficiente en combustible, compuesta únicamente por aviones Airbus, lo que abarata el mantenimiento frente a aerolíneas con flotas más diversas.
Ingresos adicionales y red punto a punto (vuelos directos), evitando conexiones y llevando al pasajero de una ciudad a otra sin escalas. Esto ahorra tiempo, amplía la oferta y fortalece su estrategia de captar viajeros que antes usaban autobús.
Baja competencia en muchas rutas: en casi la mitad, su único rival son los autobuses, frente a los cuales su producto es claramente superior.
En pocas palabras, Volaris ha sabido dominar rutas que muchos ignoraban por enfocarse en conexiones en aeropuertos grandes. Ejemplo: Zacatecas – San José (California). A simple vista uno podría pensar “¿qué hace una aerolínea uniendo dos ciudades que ni en México ni en Estados Unidos son destinos turísticos masivos?”, pero ahí está la clave: su enfoque en el segmento VFR (Visit Friends and Relatives), conectando a comunidades hispanas en Estados Unidos con sus ciudades de origen en México.
Zacatecas – San José (CA): conecta una ciudad regional con el corazón del Silicon Valley, donde vive y trabaja una gran comunidad zacatecana en sectores como construcción, servicios y manufactura.
Morelia – Fresno (CA): une dos ciudades con fuerte vínculo migrante; Fresno es un centro agrícola clave en California y emplea a miles de michoacanos.
Oaxaca – Los Ángeles (CA): enlace esencial para la gran comunidad oaxaqueña que reside en L.A., evitando pasar por Ciudad de México.
Durango – Dallas/Fort Worth (TX): conexión directa con el principal aeropuerto hub de Texas y uno de los puntos con más duranguenses en Estados Unidos.
Aguascalientes – Chicago/Midway (IL): ruta que conecta directamente con uno de los polos urbanos donde se ha asentado una gran cantidad de familias originarias de Aguascalientes.
León/Bajío – Ontario (CA): vincula la zona industrial del Bajío con el sur de California, evitando aeropuertos congestionados como LAX.
Chihuahua – Denver (CO): acceso directo al corredor de las Montañas Rocosas, donde vive una comunidad creciente de chihuahuenses y hay actividad minera y de construcción.
Culiacán – Phoenix (AZ): conecta a viajeros por negocios agrícolas y familiares con una ciudad que concentra gran parte de la comunidad sinaloense en EE.UU.
Hermosillo – Oakland (CA): vínculo poco común con el Área de la Bahía, donde residen muchos sonorenses, especialmente en sectores de servicios y comercio.
Tuxtla Gutiérrez – Tijuana (BC): una de las rutas más largas en México; deja a pasajeros del sureste, incluidos muchos oaxaqueños, prácticamente en la puerta del CBX (Cross Border Xpress) para cruzar a San Diego y conectar con vuelos en EE.UU.
En la mayoría de estas rutas, Volaris prácticamente no tiene competencia directa, lo que le da poder de precios y estabilidad de demanda. Es como ese amigo en el antro que no se iba detrás de las inalcanzables, sino que ligaba con las que nadie volteaba a ver… y al final, ligaba más que el que intentaba con las más codiciadas. Esa máxima de “el que escoge… se queda sin nada” aquí no aplica… Volaris escogió bien y se quedó con todo.
Mientras Aeroméxico —de forma igualmente acertada— ha apostado por conectar grandes ciudades a través de aeropuertos hub, Volaris ha seguido otro camino: enfocarse en rutas de nicho con alta demanda de pasajeros que viajan de forma directa. Esto le permite mantener buenos niveles de ocupación y flexibilidad operativa sin depender tanto de las conexiones.
En los últimos años, Volaris pasó de ser una de las favoritas del mercado (por ser la única aerolínea pública en México luego del desliste de Aeroméxico) a convertirse en una especie de “cenicienta” bursátil. La razón: un par de problemas que la han golpeado con fuerza y que han opacado su desempeño, pero que también son temporales y tienen solución.
Problema 1: motores Pratt & Whitney
Volaris tuvo que dejar en tierra parte de su flota porque los motores Pratt & Whitney de varios de sus aviones presentaron un defecto: una pieza fabricada con polvo metálico que, con el tiempo, puede agrietarse. Esto obliga a revisiones profundas, reduciendo el número de aviones disponibles y, con ello, la oferta de asientos.
El proceso es lento y se extenderá al menos hasta 2027. Pratt & Whitney acordó compensar a la aerolínea por algunos costos, aunque no por las pérdidas de ingresos. Mientras tanto, Volaris reorganiza su operación para maximizar la utilización de los aviones activos mientras recibe motores reparados o modelos mejorados.
Problema 2: salida del IPC
En marzo de 2024, Volaris dejó de formar parte del Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores. No fue por un tema regulatorio, sino porque dejó de cumplir con los criterios de selección de S&P. A la caída de su valor de mercado —primero por la degradación de la FAA a la aviación mexicana y después por el impacto del problema de motores— se sumó un cambio metodológico: ahora se exige un nivel mínimo de bursatilidad en la Bolsa Mexicana que no la favorece, ya que la mayor parte de sus transacciones ocurre en la Bolsa de Nueva York (NYSE). Volaris es la primera aerolínea mexicana y una de solo 10 empresas del país con dual listing, y cerca del 60% de sus acciones se negocia en el NYSE.
Dicen que todo es más oscuro justo antes del amanecer. Después de un par de años duros, Volaris parece estar acercándose a ese punto de inflexión en el que los problemas empiezan a resolverse y las oportunidades a alinearse.
Mundial 2026: un golazo para Volaris
El Mundial de Fútbol 2026, que se celebrará del 11 de junio al 19 de julio en México, Estados Unidos y Canadá, será una gran oportunidad para Volaris. La aerolínea ya opera en todas las ciudades sede mexicanas (Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México) y conecta muchas de las sedes clave en Estados Unidos con su red de vuelos directos. Además, en un Mundial es común que los visitantes no solo asistan a un partido, como un Alemania vs. Nigeria en fase de grupos, sino que viajen dentro del país para disfrutar otros juegos y hacer turismo.
Este movimiento generará un fuerte impulso: se estima que el evento dejará unos 8,000 millones de dólares en ingresos turísticos, y más del 60% de esa derrama provendrá del turismo, donde el transporte aéreo es clave. Volaris tiene así el escenario perfecto para capitalizar el flujo de visitantes —incluyendo a las Euronenas y otros aficionados internacionales— que aprovecharán para recorrer varias ciudades, aumentando la demanda de vuelos.
Regreso al IPC
Sería razonable esperar que Volaris regrese al IPC en el mediano plazo. La empresa cuenta con un equipo de relación con inversionistas proactivo y presente en prácticamente todos los foros y eventos relevantes. Además, es la única forma de jugar el sector de aerolíneas en México vía equity, lo que la hace un activo único para portafolios locales e internacionales. También es de las pocas emisoras mexicanas con dual listing, algo que no solo mejora su liquidez, sino que brinda mayor certeza en materia de gobierno corporativo a inversionistas extranjeros. La propia compañía ha sido vocal sobre su intención de volver al índice y las razones por las que considera que tienen los argumentos para regresar.
2026-2027: Viento a favor para Volaris
El panorama para Volaris luce muy favorable en los próximos dos años. El problema de los motores Pratt & Whitney estará mucho más cerca de resolverse, liberando capacidad y reduciendo costos operativos. Muchos viajes pospuestos durante la primera mitad de 2025 por la incertidumbre política en Estados Unidos con Trump se reactivarán, y a esto se sumará el impulso adicional del Mundial 2026, con un aumento significativo de la demanda interna y de vuelos entre México y Estados Unidos.
Como cereza en el pastel, el eventual regreso de Volaris al IPC obligará a los portafolios pasivos a volver a incluirla, generando un efecto inverso al vivido hace un par de años. Todo esto, combinado con un incremento esperado en EBITDAR, un fuerte momentum operativo y la posibilidad de expansión en múltiplo, pone a la aerolínea en posición de despegar tanto en rutas como en valoración de mercado.
Y ahora… así se ve en valuación
Aquí es donde se arrastra el lápiz. Lo primero es definir un EBITDAR razonable. En 2024 —previo al tema Trump y con el problema de motores en curso— Volaris generó 1,141 mdd. Por ser conservadores, y considerando el backlog de viajes pospuestos más el empuje del Mundial, lo dejo en 1,100 mdd.
Luego, el múltiplo. Las aerolíneas globales cotizan alrededor de 6x, mientras que Volaris hoy está en no más de 3.5x. La empresa ha llegado a cotizar también en 6x, pero aquí aplico la máxima de: no usar un múltiplo máximo sobre un EBITDA en máximos en una industria cíclica. Por lo tanto, uso 4x. Esto nos da un EV de 4,400 mdd (4 × 1,100). Restando la deuda neta de 2,700 mdd, obtenemos un market cap de 1,700 mdd.
Dividido entre 1,166 millones de acciones, eso equivale a 1.45 dólares por acción. Al tipo de cambio de 18.6, son 27 pesos por acción: un 145% por arriba del nivel actual. Tremendo golazo.
¿Qué podría salir mal?
Pff… un chingo de cosas. El petróleo podría dispararse y encarecer los costos del combustible; una recesión severa en México o en Estados Unidos podría frenar los viajes; o incluso podrían surgir nuevos problemas migratorios que hagan que la gente piense dos veces antes de volar. Riesgos hay, y de sobra.
Pero el mundo es de los valientes. Si hasta Warren Buffett, que por años criticó a las aerolíneas diciendo —sin equivocarse— que nadie gana dinero invirtiendo en ellas, terminó comprando acciones del sector, pues un mortal como yo también tiene derecho a aventarse este albur.
Como dice Seth Klarman, “The main underlying principle of value investing is that you should invest in undervalued securities because they alone offer a margin of safety” o como Chalino Sánchez lo parafrasea: voy a jugarme un albur, con una baraja de oro.





Te voy a hacer caso nomas por los memes.
Me gusta el análisis, cuando crees que es bueno entrar , ¿ya?