El mercado las olvidó: las empresas que vieron su valor desaparecer
Con el cierre del año y el ambiente tranquilo de la temporada, decidí analizar las empresas que están porcentualmente más alejadas de su precio máximo histórico. Sin entrar en demasiados detalles, encontré algunos patrones interesantes que vale la pena destacar.
Telecom
Tres de las quince empresas que más valor han perdido pertenecen al sector de telecomunicaciones: Axtel (-96%), Televisa (-94%) y Megacable (-67%). Todas enfrentan el desafío de operar en un sector intensivo en capital. Sin embargo, también comparten un historial de decisiones cuestionables en la asignación de capital. Axtel no logró vender sus activos estratégicos, Televisa dejó que su segmento de contenido perdiera todo su valor, y Megacable se embarcó en expansiones irracionales.
Vivienderas
Dos empresas del sector vivienda destacan en la lista: ARA (-84%) y CADU (-81%). En el caso de ARA, sus máximos datan de la época dorada de las vivienderas, que terminó cuando se puso orden al crecimiento descontrolado del sector en el sexenio de Peña Nieto. Por otro lado, CADU siempre ha sido una empresa dependiente de una sola zona geográfica, lo que limitó su capacidad de convertir su reserva territorial en un crecimiento sostenible.
Empresas Regias
Aunque correlación no implica causalidad, es curioso que cinco de las quince empresas con mayor destrucción de valor sean regias. Este número incluso subiría a seis si consideramos que FAMSA perdió el 100% de su valor. Sería simplista atribuirlo a una sola causa, pero algunas hipótesis incluyen el alto control familiar y la baja profesionalización del management. Además, cuatro de estas empresas formaban parte de Grupo Alfa, que durante mucho tiempo compartió problemas de gestión, aunque aún conserva a los mismos accionistas controladores.
Hoteles y aerolíneas
Varias empresas de este sector aparecen en la lista: City Express (-85%), Grupo Hotelero Santa Fe (-65%), Fibra Hotel (-64%), Volaris (-67%) y Aeroméxico, que sufrió una pérdida del 100%. La principal causa es evidente: la pandemia impactó profundamente sus operaciones. En el caso de Volaris, además, enfrentaron la inmovilización de parte de su flota durante el último año. Sports World (-75%) también entraría en esta categoría, aunque su modelo de negocio ya mostraba debilidades estructurales, siendo fácilmente disruptible por cadenas de bajo costo.
En medio de un ciclo negativo
Empresas como Autlán (-93%), Orbia (-80%) y Alpek (-65%) comparten un modelo de negocio basado en commodities altamente cíclicos. Sin embargo, el problema no radica en la naturaleza de su industria, sino en cómo han gestionado los flujos generados durante los periodos de auge. En lugar de regresar valor a los accionistas, han optado por invertir en adquisiciones poco rentables o proyectos con baja rentabilidad.
Fundamentales de miedo
Todas las empresas de esta lista tienen un EVA Spread negativo, lo que significa que su ROIC (Retorno sobre el Capital Invertido) es inferior a su WACC (Costo de Capital). Por ejemplo, CEMEX tiene un ROIC de apenas 2.5% frente a un Costo de Capital cercano al 11%. En términos simples, cada peso invertido en CEMEX no solo no genera valor, sino que lo destruye.
Esto explica por qué 12 de las 15 empresas de la lista cotizan por debajo de su valor en libros: el mercado valora sus activos por debajo de su costo original de adquisición.
¿Hay algo malo en lo que acabo de describir? No. Así es como funciona la naturaleza del mercado. Parte de lo que genera valor en una economía es, precisamente, que el mercado premie o castigue a las empresas según el uso que hacen de su capital. Este análisis no pretende ser una crítica, sino una descripción objetiva de cómo estas dinámicas afectan el valor de las empresas y, por ende, el retorno para los accionistas.