Hace unas semanas se hizo viral la foto de un pez diablo negro del mar, una especie que habita en las profundidades del océano, donde la luz no llega. Aunque su existencia ya era conocida por exploraciones en el fondo marino, nunca se había visto tan cerca de la superficie. Este hallazgo sirvió como recordatorio de cuánto conocemos sobre lo que está a simple vista y lo poco que sabemos de lo que yace en las profundidades.
El Iceberg de la Bolsa Mexicana
La Bolsa Mexicana es, de por sí, poco profunda y con poca diversidad. Su índice está dominado por las mismas empresas desde hace décadas. Esto se debe, en parte, a la falta de nuevas IPOs y, en parte, a que la economía mexicana no ha migrado hacia el sector tecnológico como ha ocurrido en otros países. Las razones detrás de esto son inciertas, pero el resultado es evidente: un mercado estancado en modelos tradicionales.
Este fenómeno ha hecho que las grandes empresas sean ampliamente conocidas por la mayoría de los inversionistas y demás participantes del mercado. No hay nada que puedas descubrir sobre Banorte, Femsa o América Móvil que no hayan visto ya otros 40 analistas en el mundo. Al mismo tiempo, como la liquidez y el research se concentran en estas compañías, las small y mid caps quedan relegadas y pasan desapercibidas para la mayoría de los inversionistas.
Este es un tema del que ya he hablado antes y, de hecho, es parte de lo que me divierte al escribir sobre acciones en este blog. Incluso participantes carroñeros del mercado, como yo, pasamos por alto a esas empresas que habitan en las profundidades del mercado, con market caps tan pequeños que sorprende que sus acciones siquiera coticen.
Capa externa del Iceberg
Rango de Market Cap: 1,000 a 60,000 millones de dólares
Número de analistas que las cubren: Entre 10 y 30
Aquí están las empresas que todos conocemos y usamos en nuestra vida diaria, como Femsa, Banorte o América Móvil. Si comparas las holdings del IPC actual con las de hace 15 años, prácticamente son las mismas.
Este grupo de emisoras lleva casi una década con retornos nulos, no porque sus fundamentales no hayan mejorado, sino porque sus valuaciones dependen de los flujos de inversionistas institucionales. Factores como la prima de riesgo de mercado y el riesgo país terminan afectando su precio.
Además, muchas de estas empresas pertenecen a sectores tradicionales de la vieja economía. Para un inversionista con acceso a mercados globales, elegir entre estas acciones y opciones como el Nasdaq o el S&P 500 es una decisión bastante obvia.
Capa intermedia del Iceberg: Emisoras que fueron parte o podrían entrar al índice
Rango de Market Cap: 800 a 1,000 millones de dólares
Número de analistas que las cubren: Entre 2 y 7
Este grupo se divide en dos. Primero, los Fallen Angels: empresas que alguna vez formaron parte del IPC, pero que fueron expulsadas debido a problemas operativos o baja liquidez. Ejemplos de esto son Volaris o Alpek.
Luego, están las emisoras con fundamentos sólidos y estabilidad que podrían convertirse en candidatas para ingresar al índice en el futuro. Esto le sucedió recientemente a La Comer y, en su momento, a Qualitas y Chedraui.
En mi opinión, este es el segmento más atractivo del mercado. Si logras identificar una emisora con buenos fundamentales, puedes invertir en ella y beneficiarte de la revalorización que suele ocurrir cuando entra al índice.
Capa baja del Iceberg: Empresas fuera del radar institucional
Rango de Market Cap: 400 a 800 millones de dólares
Número de analistas que las cubren: Entre 1 y 3
Aquí encontramos empresas que, aunque operan con normalidad y tienen modelos de negocio establecidos, están lejos de formar parte de un índice relevante. Esto puede deberse a su tamaño, su baja liquidez o ambas razones.
Dentro de este grupo hay de todo: desde empresas con fundamentales sólidos, como Farmacias Guadalajara, KUO o Cementos Moctezuma, hasta emisoras con problemas de liquidez y operaciones en decadencia, como Nemak o Axtel.
Es un segmento donde la falta de cobertura y liquidez impide que muchas de estas empresas reflejen su valor real en el mercado, pero también donde los inversionistas con visión pueden encontrar oportunidades ocultas, siempre y cuando exista un driver que detone ese valor.
Capa de los Zombies: El salvaje oeste del mercado
Rango de Market Cap: 150 a 400 millones de dólares
Número de analistas que las cubren: Uno en el mejor de los casos
Aquí es donde empieza el verdadero salvaje oeste. En este segmento abundan los deslistes desleales, los peores gobiernos corporativos y los managers con menos habilidad (o escrúpulos). Muchas de estas empresas parecen haber salido a bolsa sin una razón clara, como Médica Sur, PASA, o Cidmega, que probablemente sean empresas atractivas pero donde ese atractivo no se comparte a los inversionistas minoritarios.
También están las que aprovechan la falta de atención para hacer lo que quieran con su estructora corporativa, como ocurrió con el desliste de Bio Pappel, Maxcom, Rassini, y próximamente Elektra.
Este es un segmento binario: puedes encontrar historias de éxito, como la de Vitro entre 2015 y 2017, o terminar atrapado en inversiones mediocres con tratos abusivos a los minoritarios, como el mismo Vitro después de 2017. Es un mercado tan anárquico que, mientras lees sobre estas empresas, probablemente ya te hayan robado la cartera.
La fosa de las Marianas
Rango de Market Cap: Menos de 150 millones de dólares
Número de analistas que las cubren: Ninguno. Aquí no llega ni la luz del sol.
Este segmento es tan desconocido como el diablo negro del mar. No solo no tiene cobertura de analistas, sino que muchas de estas empresas apenas y tienen una página de relación con inversionistas. Sus market caps son tan bajos que bien podrían ser un error de redondeo en los estados financieros de una empresa del IPC.
Aquí encontramos emisoras con valoraciones bajísimas, como Corporación Mexicana de Restaurantes (CMR), que con un market cap de menos de 50 millones de dólares es el Kemonito de la Bolsa. También hay historias bizarras, como FIBRA Hipotecaria o FIBRA Shop, tal vez no tan pequeñas en market cap pero que las pongo ahí porque el mercado igualmente las ignora por su nulo gobierno corporativo. También empresas tan tóxicas y en estado crítico como TV Azteca o Minera Autlán que combinan malos fundamentales, con mal management y mal gobierno corporativo.
Volviendo al diablo negro del mar, cuando su imagen se hizo viral, muchos pensaron que era un monstruo gigantesco de las profundidades. Luego, al conocerse más detalles, el mundo descubrió que tenía el tamaño de una pelota de golf o de una rockaleta. Algo parecido pasa con muchas de estas empresas: parecen oportunidades únicas hasta que te das cuenta de lo diminutas (y riesgosas) que realmente son.
En este mercado pasan cosas tan raras, ahí tienes un Orbia que se está desangrando, y derrepente tienes casos como Genomma Lab que explotan y te llevas 100% de rendimiento en menos de un año… el que sepa entender los catalizadores de la BMV se puede hacer rico, pero no es NADA fácil